“Todos tenemos ya un PLE. ¡Siempre han existido!” (Jordi Adell).
Los tiempos están cambiando muy deprisa, y constantemente están surgiendo tecnologías, herramientas y servicios que abren un mundo de posibilidades de comunicación y aprendizaje. Esto nos permite acceder a la información y el conocimiento de una forma personalizada, adaptada a nuestras inquietudes, conocimientos y necesidades, mejorando las posibilidades de acceso a contenidos, recursos, fuentes de información, experiencias, opiniones e ideas, posibilitando la creación de una red de personas con la que compartimos inquietudes e intereses.
Esta situación de sobreabundancia de posibilidades, que nos puede parecer caótica –o incluso inabordable– no debería impedir que tomemos conciencia de nuestros entornos personales de aprendizaje, también llamados PLE, para tratar de rediseñarlos, en caso de ser necesario, para mejorar el control y la gestión de nuestro propio aprendizaje.
¿Qué es un PLE?
Los Entornos Personales de Aprendizaje (PLE, por sus siglas en inglés dePersonal Learning Environment) son sistemas que ayudan a los estudiantes a tomar el control y gestión de su propio aprendizaje. Esto incluye el apoyo a los estudiantes para fijar sus propios objetivos de aprendizaje, gestionar su aprendizaje, la gestión de los contenidos y procesos, comunicarse con otros en el proceso de aprendizaje y lograr así los objetivos de aprendizaje.
Un PLE puede estar compuesto de uno o varios subsistemas: así, puede tratarse de una aplicación de escritorio o bien estar compuestos por uno o más servicios web.
Los PLE incluyen la integración de los episodios de aprendizaje formales e informales en una experiencia única, el uso de redes sociales que pueden cruzar las fronteras institucionales y la utilización de protocolos de red (Peer-to-Peer, servicios web, sindicación de contenidos) para conectar una serie de recursos y sistemas dentro de un espacio gestionado personalmente.
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